📌 Coexistencia y combinación de modalidades aprovechando las nuevas tecnologías
📌 Estímulo hacia el aprendizaje invertido
📌 El trabajo colaborativo como objeto de aprendizaje en si mismo
Semanas atrás iniciamos un nuevo ciclo lectivo y volvimos a la presencialidad –¿volvimos?-. Nos preparamos para (re)encontrarnos con nuestros alumnos, los equipos docentes, nuestros colegas, el personal no docente de las unidades académicas de las distintas Universidades, teniendo en mente cómo “se dictarán” las clases.
Los dos años pasados plantearon desafíos en el ejercicio docente que aún nos interpelan, y a riesgo de ser autorreferentes, recordamos que ya nos manifestamos respecto de que “una vez transcurrida la pandemia del COVID–19, volver a las aulas no implicará ejercer de la misma manera que lo hacíamos” y que estamos “convencidos que las ofertas académicas se caracterizarán en una combinación de modalidades, aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías” (Grand, Muga, Goldman Rota, 2021, pp. 66-67).
En esta ocasión, se capitaliza el aprendizaje “sobre la marcha” en la interacción de la enseñanza a distancia, y se presenta una modalidad casi-híbrida en la que sólo son presenciales dos de cada tres clases del cronograma propuesto para el cursado de las materias, y en las que las tecnologías cumplen un papel preponderante para que esto se lleve a cabo con éxito, entendiéndolo en el sentido de que “el diseño de espacios de enseñanza en entornos virtuales (más allá de las ventajas obvias de optimización de tiempos y recursos), estimulan el aprendizaje invertido que propiciamos y permiten una mayor interacción y colaboración entre los distintos grupos de docentes y de alumnos” (Grand, Muga, Goldman Rota, 2021, p. 68).
El resultado de esta oferta académica terminará siendo un “blend” de estrategias de enseñanza aplicables a las distintas modalidades involucradas, siempre recordando, que debe ser un trabajo conjunto en la interacción de los distintos actores del acto educativo.
Recordemos lo que nos enseñara Litwin en cuanto a que la construcción colectiva de un producto sólo se alcanza cuando se lleva a cabo un trabajo compartido en el que se potencia la posibilidad de realización por este tipo de interacción. Para ella “aprender a trabajar colaborativamente en grupos se transforma, entonces, en un objetivo en sí mismo, en tanto no sólo desarrolla y consolida aprendizajes, sino que enseña el valor de la ayuda, del trabajo solidario, el aprender a respetar y consensuar opiniones diversas y el diseño compartido de propuestas y cursos de acción” (Cita a Litwin en Grand, Muga, Goldman Rota, 2021, p. 37
Esperamos entonces, que la “oferta” académica también responda a una “demanda” académica por parte de los estudiantes que coadyuven a construir mejores cursos del nivel superior.
Citas Bibliográficas:
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